Ciber-resiliencia e inmunidad en el entorno digital
La ciber-resiliencia no evita el ataque, pero sí define lo que sucedería por conocer al atacante, no por suponer lo que este pueda hacer.
Los ciberataques son responsables de quitarles el sueño a los que trabajan en IT. Dicho esto, acentuamos la importancia de que las empresas estén protegidas y ‘preparadas’ -hasta cierto punto-, en caso de que sean blanco de un ataque de este tipo.
Recordemos entonces que un ciberataque no es más que “un conjunto de acciones dirigidas contra sistemas de información, como pueden ser bases de datos o redes computacionales, con el objetivo de perjudicar a personas, instituciones o empresas”.
Es difícil garantizar que no habrá o prevenir un ciberataque, lo que sí se puede hacer es estar preparado y hacer todo lo que esté en nuestras manos para proteger nuestra información.
Algo importante a considerar es que cualquier ciberataque podría dañar la estrategia de venta online, la imagen de la empresa e incluso, en casos muy extremos, su propia existencia.
En el modo de vida actual, un ciberataque es una gran amenaza. Aquí hay algunas claves para protegernos de ellos:
Todos los dispositivos que manejemos, tanto en la oficina como en casa, deben mantenerse actualizados. Esto nos permitirá solventar los fallos de seguridad de las versiones más antiguas. A la par debemos tener un antivirus y actualizarlo cuando lo requiera.
Una variedad de caracteres te ayudará a dificultar que te la roben o la descubran. Usa números, letras, mayúsculas, minúsculas y algún símbolo en tu contraseña. No las repitas y bajo ningún concepto uses tu nombre o fecha de nacimiento.
El phishing o el malware, dos de los ciberataques más comunes, utilizan links fraudulentos para acceder a información delicada. Cuidado con algunas páginas web o redes sociales, donde hay perfiles falsos cuyo único propósito es robar datos.
Nunca facilite sus datos, solo debemos dar datos personales en casos imprescindibles y en espacios seguros. También tenga cuidado con fotos y mensajes que se envían.
Una recomendación adicional es mantener una copia de seguridad, lo que puede ahorrarnos más de un disgusto si ocurre algún incidente.
Siempre es importante gestionar las incidencias de seguridad con rapidez. Informa al equipo técnico de cualquier incidente o problema que se detecte, para que pueda resolverse a la mayor brevedad posible y evitar que vaya a más.
También, invertir en personal cualificado. Contar con un equipo especializado y competente puede suponer una diferencia abismal en caso de crisis. Por su parte, hay que formar a los equipos. Muchos de los ataques suceden por fallos internos, pero si el equipo está preparado y tiene el conocimiento de cómo caer en errores, se reduce notablemente la posibilidad de un ataque.
Es posible que estas recomendaciones ya estaban presentes en tu cabeza, pero nunca está demás repetirlas para que no se borren.